martes, 27 de octubre de 2009

Nuestro origen

Me permití traducir al español y en palabras sencillas el siguiente escrito tomado del Libro “ The complete Ascension Manual” de Joshua David Stone.
Espero que les guste.

Al principio Dios ejerció su increíble poder para crear hijos e hijas en estado espiritual. Creo lo que llamamos esotéricamente las Monadas que son espiritualmente partículas o chispas de Dios. Esto es lo que llamamos La Presencia del Yo Soy. Esta fue la primera esencia de nuestra inteligencia y de nuestra identidad individualizada. La Monada es nuestra real identidad y es llamada también Espíritu. La Monada, que tiene libre albedrio, decidió por si misma experimentar la forma densa del universo material donde vivía. Cada una de nuestras Monadas, con el poder de la mente, crearon doce almas. Cada alma a su vez creo doce más las cuales son la representación más pequeña de la Monada. Estas almas son a las que nos referimos como La Divina Presencia, la Supraconciencia o Ser Superior.
Dios a su vez creo una infinita cantidad de Monadas.
Cada Alma, decidió experimentar una forma más densa de vida en el universo, creando doce personalidades o extensiones de Almas las cuales encarnaron en la densidad material del universo. Esas personalidades en el planeta Tierra somos nosotros mismos, una hermosa extensión de la Monada la cual es una hermosa extensión de nuestro Padre-Madre de toda la creación. De esta forma cada uno de nosotros tenemos una familia de Almas, o sea, once más como cada uno de nosotros. Estas once almas podrían estar encarnadas en nuestro planeta o en otro planeta del infinito universo. Tal vez no están reencarnadas en cuerpos físicos como los nuestros sino viviendo en otros planos espirituales.
Nuestras once extensiones de almas o personalidades podrían formar parte también de nuestra familia en esta vida o en la próxima.
Extendiendo esta metáfora cada Monada tiene ciento cuarenta y cuatro extensiones de almas.
El maestro Djwhal Khul ha establecido que hay sesenta mil millones de Monadas trabajando en nuestro sistema planetario. Si multiplicamos sesenta millones por ciento cuarenta y cuatro conseguimos el número de almas o personalidades que están envueltas en el proceso de reencarnación de este planeta.
Otro tema para dicernir.
Feliz Ascensión

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