El Regreso
Cuantas veces en nuestro camino por esta vida nos hemos sentido extraños, sin fuerza, cansados, que los cambios o las situaciones nos llevan a punta de palo,
Irremediablemente a velocidad constante, tropezando sin tomar en cuenta nuestros deseos de control o estabilidad, de dirección y enfoque. En ese momento en el que pensamos que vivimos en un torbellino sin Norte solo nos queda respirar. Respirar con cuidado, inspirando lentamente la vida, saliendo por un momento del remolino de pensamientos, suavemente, reconociendo que somos uno con el Universo, tan importantes cada uno como el todo, exhalando el estrés, el dolor, la rabia y la impotencia. Reconociendo nuestro cuerpo, nuestro hermoso vehiculo terrestre, el cual escogimos con sumo cuidado antes de encarnar, sintiendo poco a poco cada parte de nosotros mismos, de pies a cabeza, hermosas y benditas creaturas en proceso de ascensión a la par del planeta. En ese momento de conexión con el cosmos retomamos la vía a la cordura, a la seguridad de nuestro Ser. El regreso a la Paz.
Namaste.
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